Los objetivos del sector energía para mitigar los efectos del cambio climático.
Introducción
Mucho se habla del calentamiento global del planeta y de cómo será el próximo problema que tendrá que enfrentar nuestra humanidad. Se sabe también que los principal responsables de este calentamiento son los gases de efecto invernadero (GEI). Entonces cabe la pregunta: ¿Se está haciendo algo para evitar o mitigar este problema real? ¿Existirá una forma que garantice resultados medibles para logarlo?
La respuesta es SÍ (por lo menos a un nivel de propuesta). En mayo de 2021 la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) publicó la Hoja de Ruta del Cero Neto (Net Zero Roadmap por sus siglas en inglés), un informe exhaustivo y muy ambicioso que propone nada más y nada menos que para el año 2050 no se emitan GEI al medio ambiente. ¿Cómo se pretende alcanzar este objetivo? Veámoslo de manera concreta a continuación.
El objetivo del NET ZERO
Dentro de poco, probablemente, el cambio climático será el problema más grande que la humanidad tendrá que enfrentar. Las últimas revelaciones de la ONU con respecto a las consecuencias del calentamiento global son escalofriantes. La reducción de la Huella de Carbono, hoy más que nunca juegan un papel importante no solo para las grandes industrias, sino también para cada habitante del planeta. No solo para los países desarrollados, sino también para los países emergentes.
Se sabe bien que las tres cuartas partes de las emisiones de GEI son producidos por el sector energía (electricidad e hidrocarburos) cuyo uso final encuentra participación en el transporte, industria, electricidad, generación de calor, en consumo energético en edificios y a nivel domiciliario.
Por esta razón, la IEA ha planteado una guía mediante la cual se presente llegar al 2050 con Cero de emisiones GEI. Y como la propia IEA reconoce, esta ambiciosa propuesta es solo una alternativa, mas no la única. Y aunque los objetivos de cada año puedan verse afectados a causa del Covid-19 , es tarea de los gobiernos y las políticas energéticas, el cumplir con esta guía. Los hitos claves de esta Hoja de Ruta (Roadmap) se ilustra en la siguiente figura:
De la figura anterior se destaca que para el año 2021 (escenario no Covid), no debería aprobarse el desarrollo de nuevos proyectos de hidrocarburos, en tanto que para el 2030, se espera que el 60% de todas las ventas de automóviles del mundo sean de tipo eléctrico y se espera que la generación eólica y solar sean predominantes en las matrices energéticas del mundo (o por lo menos en los países OCDE). Otro dato importante es que para el 2040 se espera que el sector eléctrico no produzca emisiones GEI. Esto último exige que todas las brechas de la electrificación tienen y deben ser cubiertas con generación no contaminante.
Vale la pena analizar cada uno de estos aspectos con mayor detenimiento.
Acciones Concretas
Energía Renovable
De acuerdo con el informe, para el 2030, se espera la predominancia de la energía renovable tanto en países emergentes como en países desarrollados. Tal es así que la capacidad instalada de la generación eólica pasará de 134 GW en 2020 a 644 GW en 2030, en tanto que la capacidad de generación solar fotovoltaica pasará de 144 GW a 390 GW en el mismo periodo de tiempo. De esta manera, se llegaría entonces a cuadriplicar la capacidad instalada de estas tecnologías.
Generación eléctrica
Asimismo, para el 2050, se espera que (solo) la generación de electricidad esté dominada por las renovables con una participación del 68% en comparación con el 9% del 2020. Esto implica reconocer que la generación eléctrica en base a hidrocarburos no será necesaria en un escenario camino al Cero Neto. Del mismo modo, se debe reconocer el papel preponderante de los ‘nuevos’ sistemas que garantizarán la seguridad energética como son los sistemas de almacenamiento, la gestión de la demanda y las redes eléctricas descentralizadas.
Electromovilidad
Con respecto a la demanda de energía en el sector transporte, no es ya ninguna novedad la predominancia de la electromovilidad como componente de la demanda de energía eléctrica. Bien hace la IEA en advertir un enorme crecimiento para esta tecnología, pasando de 3.1 millones de unidades vendidas en 2020 a 56 millones en 2030, es decir, 18 veces más. Por tanto, esta tecnología será un pilar fundamental en la desaceleración de la producción de combustibles fósiles para fines de transporte.
Acceso a electricidad
Otro aspecto importante para la alcanzar la descarbonización propuesta por IEA indica que las brechas en el acceso a la electrificación serán cerradas para el 2030 mediante la implementación predominante de tecnología renovable tanto en el acceso a la red eléctrica princiál (aprox. 45%) como a nivel aislado (25%). También se considera el caso del acceso a a una ‘mini red’ (30%), es decir, los sistemas decentralizados que operan normalmente con generadores diesel.
Conclusión
Aunque el análisis y resultados del informe incluyen a todas las regiones del mundo, es importante mencionar los países de Latinoamérica (con excepción de México) no son miembros de IEA, por lo que muchos han criticado este informe como irresponsable e inaplicable para regiones como Latinoamérica.
Sin embargo, la Hoja de Ruta hacia el Cero Neto para el 2050 aporta una gran proyección de hacia dónde se dirige el mundo en términos de energía. Un mundo donde predominen las energías renovables (solar y eólico preponderantemente) y donde la electromovilidad jugará un papel vital camino a la descarbonización.
Aunque el futuro es incierto, se espera que el futuro de la energía, basado en políticas que la respalden, siga una ruta similar a la ‘Hoja de Ruta hacia el Cero Neto para el 2050’ para lograr un mundo sostenible y amigable con el ambiente.