El futuro no será RENOVABLE

… Pues las energías renovables son el presente.
Así quedó demostrado en el último evento Transmition & Distribution Latin America – Lima 2018 organizado por la IEEE.
Uno de los tópicos más relevantes de todo el evento (y con justa razón), fue el almacenamiento de energía y no cabe duda que será el siguiente paso en la era de la digitalización de la energía.

 Cuestión de tiempo…

No malinterpretemos el título del presente artículo, aún hay mucho por mejorar en el desarrollo y aplicación de las energías renovables tanto a nivel tecnológico como de accesibilidad. Sin embargo, esto tan solo significará una consecuencia del presente, el resultado de los esfuerzos realizados actualmente. A nivel internacional, la gran mayoría de gobiernos cuentan con políticas energéticas para migrar en el mediano plazo a la era de las renovables, por lo que, esta realidad será cuestión de tiempo. Considerando, sobre todo, que el inconveniente actual de las energías renovables atraviesa por un tema económico – regulatorio.
De acuerdo con la siguiente figura (fuente: IRENA), los costos de producir energía renovable (en dólares por cada MWh generada con energía renovable) cayeron significativamente desde hace más de 10 años. En el caso de Perú, esta variación ha sido muy significativa al 2016, decreciendo tales costos al rededor del 75% con respecto al 2010. Entonces, es de esperar que los precios sean accesibles en niveles menores de capacidad. dentro de muy poco tiempo; dando inicio a lo que significaría un mercado distribuido.

En cuanto al almacenamiento de energía, este no merecería la misma opinión, pues la mayoría de los usos, aplicaciones e incluso desarrollos son aún desconocidos.

Tendencias

La siguiente figura (cortesía de Elsevier) muestra los avances y desarrollos actuales en tecnologías de almacenamiento de energía, desde el punto de vista de la capacidad y tiempo de almacenamiento, considerando la eficiencia de los mismos. De estos avances e investigacioens, a la fecha solo las baterías cuentan con aplicación en el sector energético en capacidades limitadas. No estamos considerando los embalses en hidroeléctricas porque se trata de una alternativa diferente al objetivo del presente artículo. Con ello, podemos mencionar que las investigaciones en sistemas de almacenamiento de energía no han hecho más que comenzar.

Nuevos productos y servicios

Con estas nuevas tecnologías, se avisoran desde ya nuevos proyectos, modelos de negocios, productos y servicios en lo que sería una nueva «utility» en el mercado energético: El almacenamiento de energía.
Expertos como el Dr. Damir Novosel de Quanta Technology señalan que el mercado energético del futuro se centrará en la comercialización de productos y servicios de almacenamiento de energía, así como en su integración con tecnologías nuevas y existentes y su posterior gestión desde los centros de generación (centralizados o distribuidos). De esta manera, el Dr. Novosel propone las siguientes aplicaciones y servicios en las diversas etapas la cadena productiva de electricidad:

  • Generación:  Servicios auxiliares, regulación, reserva rotante, gestión de la tensión, arranques backstart.
  • Transmisión y distribución: Activos diferidos, confiabilidad, integración con fuentes de energía distribuida, calidad de la energía.
  • Consumidor: Integración con generación fotovoltaica, sistemas de respaldo (backup), Demand Side Management (Gestión del lado de la demanda), sistemas de respuesta a la demanda.
  • Suministro y demanda: Variable de almacenamiento intermedio «inventario» para lograr un equilibrio en diferentes momentos y ubicaciones.
  • Transporte: Infraestructura de carga de buses, trenes, vehículos, etc.

Bajo este escenario, el usuario final dejará su rol pasivo como «consumidor» para pasar a ser un agente activo en el que se le permita generar su propia electricidad (autoconsumo) y comercializar los excedentes de la misma. Algunas bibliografías y expertos sugieren denominar a este nuevo agente como «prosumidor» (prosumer en inglés), pues será capaz de «producir» y vender electricidad mediante el almacenamiento de energía. Por ello, en algunos casos el almacenamiento está siendo tratado como una nueva forma de generación de electricidad, llegandose incluso a plantear estudios de «planificación del almacenamiento» en países como Estados Unidos y Alemania.

La regulación será la clave

Es posible mencionar que el futuro de la energía eléctrica dejó de ser la energía renovable, pues no dependerá de la ella, sino más bien estará enfocado en mayor medida en el almacenamiento de energía (sea esta obtenida de fuentes renovables o no) y su posterior gestión, distribución y comercialización. En estas circunstancias, la regulación energética jugará un rol imprescindible, pues será la clave para la monetización de todos los posibles beneficiados.
Esto probablemente abrirá paso a toda una cadena de valor del almacenamiento o, en su defecto, al menos a una nueva etapa en la cadena de valor de la electricidad.

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